Amaya Valdemoro anunciaba esta mañana su retirada definitiva del baloncesto. Y lo hacía en su localidad natal, Alcobendas, en un acto que se celebró en Espacio 2014.
Arropada en todo momento por su familia y amigos, una Amaya muy emocionada decía adiós al deporte que le ha dado todo en la vida. A su lado, en el estrado, el presidente de la Federación Española, José Luis Sáez elogiaba y agradecía a la alero española, "si hay alguien a quien hay que reconocer en esta casa (la FEB) esa es Amaya".
Valdemoro no quiso olvidarse, en este merecido homenaje, de todas las compañeras y ex-equipos que forman parte de su carrera deportiva. Con una mención especial, Elisa Aguilar -quien definió a Amaya como "el buque insignia del equipo nacional"-, su incondicional socia dentro y fuera de la cancha.
El auditorio madrileño se quedó sin asientos libres para despedir a la mejor jugadora española de todos los tiempos. Amaya es sin lugar a dudas una leyenda del deporte español, y muchos fueron los deportistas que quisieron estar también presentes en el acto a través de un vídeo, Pau Gasol, Marc Máquez o Alba Torrens, entre otros.
En su discurso, que tuvo que interrumpir por las lágrimas al recordar a su madre fallecida, agradeció a todo el servicio médico de la FEB por la atención sobre todo en los dos últimos años, calificados por ella misma como "un auténtico calvario" debido a las lesiones que sufrió. Una de las más escalofriantes fue en octubre de 2011, cuando se rompió las dos muñecas en una mala caída. 115 días después reaparecía "dispuesta a ser la de siempre". Y vaya si lo fue.
Atrás quedan 21 años de baloncesto al más alto nivel de la mujer que lo ha ganado todo y que se marcha en lo más alto. Su último partido no pudo ser otro que la final del Europeo de baloncesto del pasado verano en Francia, en el que España se hizo con el oro. Internacional en un total de 258 veces, Valdemoro tiene el récord absoluto (tanto en categoría masculina como femenina) de partidos vistiendo esa camiseta.
En su inalcanzable palmarés figuran seis medallas con la selección (oro en el Europeo de 2013, plata en el Europeo de 2007, bronce en los Europeos de 2003, 2005 y 2009, y bronce en el Mundial de 2010), seis anillos de campeona de la WNBA (1998, 1999 y 2000), tres copas de Rusia (2006, 2007 y 2008), ocho ligas, nueve Copas de la Reina, cuatro Supercopas y participación en dos Juegos Olímpicos (2004 y 2008).
Recordaremos sus éxitos, pero su carácter sobre la pista también estará para siempre. Competitiva como ninguna, exigente y muy comprometida, su pasión por el baloncesto es algo que le ha hecho tirar de garra y actitud para demostrar el talento que demostró estando en la élite durante más de dos décadas.
Amaya Valdemoro es todo un mito en el basket español, ha conseguido escribir las páginas más brillantes de toda su historia y ha marcado sin duda toda una época. Pero los grandes nunca se van. Al menos nunca del todo. Así que Amaya estará para siempre. ¡Gracias, Valdemoro!